Hoy realizamos en clase el tercer Concurso de Cuentos de este año. Fue una edición un poco rara, porque había cuentos que no eran inventados, así que esos cuentos tienen una mención especial, pero el único cuento seleccionado que fue válido es el de Edurne, titulado "El futbolista campeón".
Como siempre, agradezco la participación y el esfuerzo, aunque ya sabéis chicos, que ahora que conocemos las tres partes de un cuento no podéis olvidaros de ninguna.
¡A leer y elegir el que más os guste!
El futbolista campeón
Durante un partido de fútbol un
jugador se pasaba el partido ayudando a sus compañeros. Cuando
terminaba el partido felicitaban a sus compañeros y a los del equipo
contrario. Todos sus rivales y compañeros le apreciaban por su buen
corazón. Un día, durante la final de un torneo su equipo jugó un
gran partido pero perdió, aunque a él le dieron el trofeo al mejor
jugador por su juego limpio y su compañerismo. Desde entonces todos
sus amigos y familia le consideran un gran campeón.
Edurne
2ª mención
El hombre de hierro
Érase una vez un hombre que estaba
trabajando en una fábrica de hierros, un día se hizo una armadura
especial. Era indestructible. Entonces, al ver que era muy resistente
se puso a luchar con los malos y ganó, y todos le dieron las gracias
y varias medallas. Y todo el mundo vivió feliz y tranquilo porque
los protegía el hombre de hierro.
Mario
3ª mención
Hachico
Érase una vez un perro llamado Hachico
que cada día cuando salía el tren siempre solió a esperar a su
dueño. El perro era muy pequeño, cuando lo vio demasiado pequeño y
la mujer del dueño no estaba muy segura y un día cuando el dueño
fue a sus clases de piano tenía la pelota y el perro seguía
esperando y la pelota se le resbaló y le dio un infarto y un amigo
del dueño le dio una salchicha y el perro se murió y se
encontraron.
Marco
El muñeco Picallo
Érase una vez un muñeco que se
llamaba Picallo y una vez se quedó sin electricidad y lo llevaron al
veterinario y lo curaron y fueron a un combate.
Antonio Jesús
El folio
Había una vez un folio que quería que
le escribieran algo. Pasaron uno, dos días, tres días y no le
volvieron a escribir. Entonces un día un niño no se llevó la
libreta de Lengua y tenía que hacer un cuento y cogió el folio,
entonces escribió y en vez de estar triste se puso alegre y fue muy
feliz con la historia de aquel niño que escribió sobre él.
Pablo
El mejor amigo
Érase una niña que tenía miedo de
tener un hermano pequeño porque se creía que su hermano iba a ser
con el que jugaran y ella iba a estar completamente sola. Un día la
niña comprendió que el hermano era pequeño y la niña se enteró
de que eran más amigos que hermanos y jugaron juntos el resto de sus
vidas.
Raquel
Las hadas
Érase una vez una casita que había en
un bosque, que se cayó una noche de tormenta y salieron unas hadas
corriendo y asustadas y se fueron a su país. Pero por el camino se
perdieron y se cayeron al río y fueron nadando a su país salieron
sanas y salvas.
Raúl
Los niños desaparecidos
Había un bosque muy lejano, vivían
unos duendes en una seta. Había unos duendes que se llamaban Noa y
Bruno. UN día salieron a pasear por el bosque . De repente había
una hormiga y salieron corriendo, peor era tan pequeña que se asustó
más ella que ellos, que perdieron el camino de vista. Siguieron
recto y vieron una casita. Vinieron sus padres y se los llevaron a
casa.
Andrés
Un día de verano
Un día muy soleado había dos niñas
que se llamaban Laura y Andrea que les gustaba ir de compras con su
madre y que todos los días iban al parque.
Laura S.
El mago
Érase un niño que era mago que
elimina la maldad. Tenía un enemigo, pero su amigo le ayudaba. Un
día estaba aburrido de tener poderes y su amigo le explicó lo que
es ser bueno. Él siguió luchando contra los malos y se dio cuenta
de lo que significa ser bueno. Él y su amigo hacían el bien siempre
que podían y sus poderes crecían. ¡El mundo seguiría a salvo!
Nico
Hadita
Había una vez un hada rosa que cuando
llegó la época del carnaval estaba muy triste, por no tener listo
su disfraz que tenía un ala rota. Hadita, que así se llamaba,
trabajó muy duro, día y noche con la ayuda de su amigo escarabajo,
cogieron todo el polvo de hada que pudieron y así repararon el
disfraz de Hadita, y Hadita pudo salir en el desfile.
Colorín, colorado, este cuento se ha
acabado.
Daniela
El fantasma negro
Érase una vez un fantasma que quería
ser de color negro. Pero los fantasmas negros son los más malos y él
quería ser de color negro, así que pensó: “¡Voy a ser más malo
para ser de color negro!”.
Así cada vez, así que cuando unos
niños se acercaron a su casa les daba un susto y les hacía
travesuras para asustarlos más. Los niños se asustaron, gritaban y
el fantasma se iba poniendo gris, más gris y mas gris hasta llegar
al color negro. Asustó a un par de niños más, para aumentar su
color. Así el fantasma sería feliz convirtiéndose en un fantasma
de color negro y ya se cumplió su sueño de ser un fantasma negro.
Lucía.
La casa quemada del árbol
Érase una vez un niño que se llamaba
Ken y vive en un árbol y un día Ken notó algo extraño. Veía en
su rama del árbol una llama y después dos, y después tres así
todo el rato y vino una niña que se llama Barbie y dijo Ken:
- ¿Tú cómo te llamas?
- Barbie.
- Pues Barbie, ayúdame y encuentra a un elefante – dijo Ken, - y gracias, Barbie.
Álex
Las niñas que se despistan
Un día unas niñas se encontraron
saliendo de casa y pensaron ir juntas al cole. Como iban hablando no
se dieron cuenta que se habían equivocado de camino hasta que una
niña lo dijo y como no había otro camino tuvieron que seguir y se
metieron en el bosque y se encontraron con un oso y las niñas
salieron corriendo y le despistaron escondidas en un arbusto; después
se tropezaron con una casa abandonada y entraron y como la casa
estaba muy sucia aprovecharon para limpiarla y de tanto limpiar
estaban agotadas y se echaron a dormir. A la mañana siguiente se
despertaron con un ruido que las asustó y al gritar las niñas
salieron de una caja tres conejos y las niñas pensaron llevárselos
para cuidarlos. Entonces se abrió una puerta y por sorpresa eran sus
papás que las estaban buscando; así terminó un día muy ajetreado
felizmente.
Laura C.
Homenaje a Andalucía
En un pueblo de Andalucía dedicaron un
homenaje de baile, canto y poesías en la casa de la cultura , todas
iban muy guapas con sus vestidos de lunares y sus flores en el pelo.
Cuando el poeta se pierde en sueños de fantasía, sueña con
Andalucía u la sueña blanca y verde, Málaga y su catedral cuelgan
de un cielo de raso donde el genio Picasso pinta nubes de cristal,
Sevilla lujo alfarero, corrida en la maestranza, oración a la
esperanza y al cachorro trianero. Hospitalario y valiente, Huelva es
tierra marinera de donde Colón partiera soñando otro continente,
Cádiz, piropo de sal asomado a la bahía que a la pena desafía con
aire de carnaval, Jaén tiene un olivar con un temblor de aceituna,
que al reflejo de la luna se convierte en verde mar.
¡VIVA ANDALUCÍA! ¡VIVA!
Así con todas estas poesías terminó
el recital de mi bella Andalucía.
Estefanía
La flor que tiene vida
Había una vez una niña que le
encantaban las flores y la niña tenia un laboratorio en su cuarto,
pero un día pasó esto: la niña iba a mudarse e hizo una poción y
se le derramó su poción y una florecita que había a su lado cobró
vida y entonces la flor dijo a la niña:
- Hola, me llamo Flormina y quiero ir contigo de vacaciones.
Y la niña se puso tan alegre que se la
llevó y se puso alegre porque encantaban las flores.
Marina
Solo en la ciudad
Érase una vez un niño que iba con sus
padres por la ciudad y se separó de ellos y se perdió. Estuvo todo
el día caminando, sin comer y todos los edificios eran iguales. Se
sentó en la calle llorando, entonces pasó un grillo y al verlo tan
triste le dijo que le ayudaría. Llamó a todos los grillos de la
ciudad y entre todos encontraron a sus padres.
Elena
El colgante maldito
A la orilla del mar, había un
marinero, encontró algo brillante. Era un colgante precioso y el
marinero lo cogió y lo vendió. La que se lo quedó era su amiga
Anabel. Le dio muy mala suerte. Ella lo tiró y el colgante volvió a
ella, que no sabía lo que iba a hacer. Dijo: “Ya está, me lo
cargo”.
Y ya no supo nada del collar y no le
trajo nunca más mala suerte.
Nerea
También participaron:
Cristina
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